El islam es una religión monoteísta,
cuyo dogma se basa en el libro del Corán, el cual
establece como premisa fundamental para sus creyentes que «No hay más Dios que Alá y que Mahoma es el
mensajero de Alá»
Los eruditos islámicos definen al islam como: «La
sumisión a Dios el Altísimo a través del monoteísmo,
la obediencia y el abandono de la idolatría».
El libro sagrado del islam es el Corán, dictado
por Alá a Mahoma
a través de Yibril (el arcángel Gabriel). Los seguidores del islam se
denominan musulmanes,
los cuales atestiguan que Mahoma es el último de los profetas enviados por Dios
y sello de la Profecía[1].
La palabra Islam, significa
literalmente, ‘aceptar, rendirse o someterse’, así el islam representa la
aceptación y sometimiento ante Dios, los fieles deben demostrar su sumisión
venerándolo, siguiendo estrictamente sus órdenes, y aboliendo el politeísmo.
Islam y salam
—que es como en lengua árabe se dice paz— son términos hermanos, al derivar
ambos de la misma raíz.[7]
La doctrina islámica tiene cinco
pilares en su fe que
forman parte de las acciones interiores de los musulmanes,
que son:
1.
La profesión de fe,
es decir, aceptar el principio básico de que sólo hay un Dios y que Mahoma es
el último y más importante de sus profetas.
2.
La oración.
3.
La limosna, es decir compartir los
recursos con los necesitados.
4.
El ayuno en el
mes de ramadán.
5.
La peregrinación
a la Meca (para
quien pueda) al menos una vez en la vida.
A éstos añaden algunos musulmanes el sexto pilar del yihad o esfuerzo
en defensa de la fe, conocida también como guerra santa. Además, conforme al Corán todos los
musulmanes tienen que creer en Dios, sus ángeles, sus libros, sus profetas,
la predestinación y en la próxima vida.
En la tradición musulmana, Mahoma se ve como el último
y el más grande de una serie de profetas, como un hombre muy cercano a la
perfección, poseedor de virtudes en todos los campos de la vida, espiritual,
política, militar y social. Por 23 años de su vida, comenzando a la edad de 40,
Mahoma divulgó la recepción de revelaciones de Dios, el contenido de
estas revelaciones es conocido como el Corán. Después
de 13 años de predicación, Mahoma y los musulmanes realizaron la Hégira
("emigración") a la ciudad de Medina en 622[1],
allí con los convertidos de Medina y los emigrantes de Meca Mahoma establecieron
su autoridad política y religiosa.
Como autoridades políticas se sitúan los emires o
príncipes, y a continuación le siguen el jeque, el alcalde y el imam. El islam
no tiene sacerdotes, sino guías religiosos llamados imanes, que generalmente son nombrados por la
propia comunidad, existe de todos modos una serie de Sabios que tienen el mismo
tipo de autoridad social y religiosa que el clero en otras religiones.
El islam está abierto a todos sin importar la raza,
edad, creencias previas o sexo, es suficiente ser creyente en los principios
fundamentales del islam, lo que se realiza atestiguando la unicidad de Dios y
la aceptación de Mahoma como profeta de Dios, recitando la shahada
(testificación, lo cual debe hacerse sin coacción y sinceramente, estando
presentes otros musulmanes.
Durante las conquistas musulmanas de los siglos VII y VIII,
ejércitos de nómadas árabes establecieron el Imperio islámico, el mayor imperio que el mundo
había conocido hasta el momento (comienzos de la Edad Moderna ). La
«edad de oro del islam» comenzó poco después, a mediados del siglo VIII,
con la ascensión al poder de los califas
y el traslado de la capital del Imperio desde Damasco a Bagdad.[] Durante este periodo el mundo
musulmán se convirtió en el centro intelectual indiscutible de la ciencia, la
filosofía, la medicina y la educación
Académicos musulmanes y no musulmanes trataron de
recopilar y traducir todo el conocimiento mundial a la lengua
árabe, muchas obras de la antigüedad clásica que de otro modo se hubieran
perdido fueron traducidas al árabe para posteriormente ser traducidas también
al turco,
persa,
hebreo
y latín.
Durante este periodo, el mundo islámico fue un caldero de culturas que
recolectó, sintetizó y avanzó significativamente en el conocimiento heredado a
partir de las culturas de la antigua China, de la India, de Persia, de Egipto, del Norte
de África,
de la Grecia Clásica y del Imperio
bizantino.
Una de las mayores innovaciones de este periodo fue el
papel, originariamente
un secreto celosamente guardado por los chinos, obtenido a partir de
prisioneros capturados. Los árabes mejoraron la técnica china con el uso de la
corteza de morera
y el almidón.
Los musulmanes también se diferenciaron en el uso de la pluma contra la
costumbre china de usar el pincel. Sobre el año 900 existían cientos de establecimientos donde se empleaban a
escribas y encuadernadores de libros en Bagdad, y comenzaron a establecerse las
primeras bibliotecas
públicas, incluyendo las primeras que prestaban libros.
La ciudad de La Meca servía
como centro del comercio en Arabia, la peregrinación religiosa la convirtió en un centro
de intercambio de ideas y mercancías con gran influencia en el comercio con África y Asia. La civilización islámica creció sobre la base de
su economía mercantil, en contraste con los cristianos, indios y chinos,
quienes construyeron sus sociedades a partir de la nobleza terrateniente
agrícola. Los comerciantes musulmanes transportaron sus mercancías y su fe a China, a la India y a los
reinos del oeste africano, regresando de estos países con nuevas invenciones,
reinvirtiendo sus riquezas para investigar en textiles y plantaciones.
Muchos pensadores musulmanes del medievo persiguieron
el humanismo,
el racionalismo
y el discurso científico en su búsqueda de conocimiento, significados y valores,
también abordaron la poesía amorosa, la
historia y la teología filosófica muestran que el pensamiento medieval
islámico estaba abierto a las ideas humanistas del individualismo,
el secularismo,
el escepticismo
y el liberalismo.
Un significativo número de instituciones previamente
desconocidas en el mundo antiguo tuvo su origen el el mundo medieval islámico,
siendo los más notables ejemplos el hospital
público (que reemplazó a los templos
de curación)[2], la
biblioteca pública, la universidad para graduados y el observatorio astronómico como instituto de
investigación (más que simplemente como un lugar).
Las bibliotecas no sólo servían como colección de manuscritos,
sino también como bibliotecas públicas y de préstamos, centro para la
instrucción y la difusión de ciencias e ideas, lugar para el encuentro y la
discusión, y en algunos casos un alojamiento para los estudiantes, como un colegio
mayor para alumnos. El concepto de «catálogo» de bibliotecas también fue
introducido por las bibliotecas islámicas medievales, donde los libros se
organizaban en géneros y categorías.
Los sabios musulmanes eran conocidos como «Hakims», y
hacían gala de una gran amplitud de conocimientos en muchos campos diferentes
del conocimiento, tanto religioso como secular.
El Imperio Islámico contribuyó de manera significativa
a la globalización de la economía durante la Edad de Oro del Islam, cuando el conocimiento, el
comercio y la economía de muchas regiones y civilizaciones previamente aisladas
comenzaron a integrarse gracias a los contactos con los exploradores,
navegantes, académicos, comerciantes y viajeros musulmanes, algunos han llamado
a este periodo la «pax islámica» o la «era de los descubrimientos
afro-asiáticos».
Durante este periodo vio su apogeo comercial la llamada Ruta de la Seda que fue
una red de importantes rutas
comerciales entre Asia y Europa la cual se extendía desde China, Antioquía en Siria yConstantinopla (actualmente Estambul, Turquía) a
las puertas de Europa y que llegaba hasta los reinos hispánicos en el siglo XV.
El término "Ruta de la seda" fue
creado por el geógrafo alemán Ferdinand Freiherr von Richthofen,
quien lo introdujo en su obra Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de
la seda,1 en 1877.
Debe su nombre a la mercancía más prestigiosa
que circulaba en ella, la seda, cuya elaboración
era un secreto que sólo los chinos conocían. Los romanos se convirtieron en
grandes aficionados de este tejido, tras conocerlo antes del comienzo de
nuestra era a través de los partos, quienes
controlaban su comercio. Muchos productos transitaban estas rutas: piedras y metales
preciosos, telas delana o de lino, ámbar, marfil, laca, especias, vidrio, materiales
manufacturados, coral,
etc.
La Edad de Oro del Islám fue testigo de una
transformación fundamental en la agricultura conocida como la «Revolución
Agrícola Musulmana» generando nuevos cultivos[1]
y técnicas, adaptación de nuevas plantas, grandes excedentes de producción,
mejor aprovechamiento de las tierras, etc., que sobrepasaron las fronteras del
mundo árabe. Hay quien se refiere a esta difusión de numerosos cultivos como la
«globalización de la agricultura», que junto con el incremento de la
mecanización de la agricultura provocó un trascendental cambio en la economía,
la distribución de la población, la cubierta vegetal de las tierras, la
producción agrícola, la renta, los niveles de población, el crecimiento urbano,
la distribución de la fuerza laboral, la industrial auxiliar, la cocina, la
nutrición, el vestido, así como otros numerosos aspectos de la vida en el mundo
islámico.
Durante la Revolución Agrícola
Musulmana, la producción de azúcar se refinó y fue transformada en una gran
industria por los árabes, que construyeron las primeras refinerías
de azúcar, y las primeras plantaciones.
Los musulmanes también introdujeron el cultivo
industrial y el moderno sistema de cultivo rotatorio, en el que las
tierras podían ser cultivadas hasta cuatro o más veces en un periodo de dos
años. Los cultivos de invierno eran seguidos por los de verano, y en algunos
casos se producía otro cultivo entre estos, en áreas donde se utilizaban
plantas de crecimiento rápido como la espinaca y la berenjena,
las tierras podían ser cultivadas tres o más veces en un solo año[2].
Los musulmanes desarrollaron la agricultura científica basada en tres elementos
principales: sofisticados sistemas de cultivos rotatorios, técnicas de irrigación
altamente desarrolladas, y la introducción de una amplia variedad de cultivos
que eran estudiados y catalogados de acuerdo con la estacionalidad, el tipo de
terreno y la cantidad de agua requerida por estos. Se escribieron numerosas
enciclopedias sobre agricultura y botánica
con detalles muy precisos y exactos.
La ciudad de La Meca servía
como centro del comercio en Arabia, la peregrinación religiosa la convirtió en un centro
de intercambio de ideas y mercancías con gran influencia en el comercio con África y Asia. La civilización islámica creció sobre la base de
su economía mercantil, en contraste con los cristianos, indios y chinos,
quienes construyeron sus sociedades a partir de la nobleza terrateniente
agrícola. Los comerciantes musulmanes transportaron sus mercancías y su fe a China, a la India y a los
reinos del oeste africano, regresando de estos países con nuevas invenciones,
reinvirtiendo sus riquezas para investigar en textiles y plantaciones.
Muchos pensadores musulmanes del medievo persiguieron
el humanismo,
el racionalismo
y el discurso científico en su búsqueda de conocimiento, significados y valores,
también abordaron la poesía amorosa, la
historia y la teología filosófica muestran que el pensamiento medieval
islámico estaba abierto a las ideas humanistas del individualismo,
el secularismo,
el escepticismo
y el liberalismo.
Un significativo número de instituciones previamente
desconocidas en el mundo antiguo tuvo su origen el el mundo medieval islámico,
siendo los más notables ejemplos el hospital
público (que reemplazó a los templos
de curación)[2], la
biblioteca pública, la universidad para graduados y el observatorio astronómico como instituto de
investigación (más que simplemente como un lugar).
Las bibliotecas no sólo servían como colección de manuscritos,
sino también como bibliotecas públicas y de préstamos, centro para la
instrucción y la difusión de ciencias e ideas, lugar para el encuentro y la
discusión, y en algunos casos un alojamiento para los estudiantes, como un colegio
mayor para alumnos. El concepto de «catálogo» de bibliotecas también fue
introducido por las bibliotecas islámicas medievales, donde los libros se
organizaban en géneros y categorías.
Los sabios musulmanes eran conocidos como «Hakims», y
hacían gala de una gran amplitud de conocimientos en muchos campos diferentes
del conocimiento, tanto religioso como secular.
Se creó una vigorosa economía monetaria sobre la base
del incremento en los niveles de circulación de una moneda estable y de alto
valor (el dinar) y
la integración de áreas monetarias que eran anteriormente independientes, los economistas,
mercaderes y comerciantes introdujeron nuevas técnicas innovadoras de negocios
en este periodo, estas innovaciones incluían las primeras sociedades anónimas, las tarjetas de crédito, las multinacionales,
los contratos,
la letra de cambio, el comercio internacional de larga
distancia y las primeras sociedades mercantiles, como las sociedades
limitadas, y formas primitivas de crédito, débito, beneficio,
pérdidas, capital,
acumulación de capital, tráfico de capital, inversión de capital, fiscalidad,
cheques, pagarés,
fideicomisos,
compañías de
lanzamiento, cuentas de ahorro, cuentas
corrientes, empeños, préstamos, tipos de cambio, banqueros, cambistas de moneda, contabilidad,
depósitos, cesiones de derechos, contabilidad por partida doble, pleitos
y organizaciones comerciales similares a las actuales corporaciones,
independientes de los estados. Muchos de estos conceptos proto-capitalistas
fueron adoptados y posteriormente desarrollados en la Europa medieval a partir
del siglo XIII y en adelante. Los sistemas de contratación de los que dependían
los mercaderes eran muy efectivos, compraban y vendían por una comisión
donde el dinero les era prestado por ricos inversores, o bien se trataba de una
inversión conjunta de varios mercaderes que frecuentemente eran de forma
indistinta musulmanes, cristianos y judíos, las sociedades comerciales podían
estar formadas por muchas empresas asociadas y por lazos de parentesco que
permitían establecer redes comerciales a través de enormes distancias, permitiendo
el nacimiento de un mundo donde el dinero podía ser prestado por un banco y
cobrado en otro miles de Km mas allá, usando un sistema de cheques que aún hoy
perdura.
El islam establece el Azaque (la obligación
religiosa de ayudar a los pobres) y el Riba (la prohibición
islámica de la usura).
La ingeniería
musulmana en el mundo islámico dio lugar a cierto número de innovadores usos
industriales de la energía hidráulica, y los primeros usos
industriales de la energía maremotriz, la energía eólica y la fuerza del vapor, del uso de
combustibles fósiles como el petróleo,
y las primeros grandes complejos manufactureros. Una variedad de molinos
industriales fueron empleados para el abatanado de la lana, la molienda del
cereal, el descascarillado del arroz, la fabricación de papel, serrería,
prensado, fundición de acero, refinado de azúcar, etc., así como los primeros molinos
impulsados por la marea.
Los ingenieros musulmanes inventaron el cigüeñal
y la turbina de agua, presas
hidráulicas para la obtención de energía[1],
estos avances se usaron para muchos procesos industriales que previamente se
llevaban a cabo mediante el trabajo manual y que a partir de entonces serían
mecanizados.
La revolución
agrícola musulmana generó cierto tipo de industrias, incluyendo las
primeras agroindustrias, la fabricación de instrumentos
astronómicos, cerámica, industrias químicas, tecnologías de destilación,
relojes,
fabricación de vidrio,
maquinaria impulsada por energía hidráulica o eólica, felpudos, mosaicos, papel,
perfumería, industria petrolífera, farmacéutica, fabricación de cuerda, transporte
de mercancías, construcción de buques,
fabricación y transformación de la seda, azúcar, industria textil, distribución de agua, armas, así
como la extracción de minerales como azufre, hierro, plomo o la producción
de amoníaco,
creando los primeros grandes complejos industriales para acoger estas
industrias, cuyas tecnologías fueron posteriormente exportadas a la Europa medieval,
especialmente gracias a las traducciones al latín efectuadas en el siglo XII.
Algunas otras invenciones procedentes de la Edad de Oro del Islam son: la cámara
oscura, el café,
el ala delta,
la pastilla de jabón,
el champú,
la destilación,
la licuefacción,
la cristalización, la oxidación
de ácidos grasos, la evaporación, la filtración,
los destilados alcohólicos, el ácido nítrico, el alambique,
las válvulas,
pistón como
bomba de succión, el reloj
mecánico alimentado por agua y pesas, la cerradura de
combinación, la guata, el arco
apuntado, el escalpelo, la sierra, los fórceps, el hilo quirúrgico, el molino
de viento, la inoculación, la variolización contra la viruela,
la pluma estilográfica, la vidriera de
colores, el cristal de cuarzo fundido, las alfombras
persas, el cheque,
el globo celeste, los cohetes explosivos e
incendiarios, el torpedo
y los jardines artificiales.
A forma de repaso contesta
¿Qué es el islam?
2. ¿Cuáles son sus características? ¿Qué es la
guerra santa?
3. ¿En que se basa la nación islámica?
4. ¿Quiénes son árabes y quienes musulmanes?
5. ¿Qué territorios llego a ocupar el imperio
árabe?
6. ¿Cómo era la organización económica del
mundo musulmán?
7. ¿Qué instituciones se generaron en el mundo musulmán
y perduran hasta nuestros días?
8. ¿Qué aportes a la agricultura proporcionaron
los árabes?
9. ¿Que aporte a la economía proporcionaron los
árabes?
10. ¿Que aporte en la ingeniería proporcionaron
los árabes?
11. ¿Qué inventos aportaron los árabes a occidente?
12. ¿Cuáles fueron los aportes culturales de los
musulmanes?
[1] Aprovechadas en los molinos y en
maquinas elevadoras
[1]
Inicio del calendario musulmán
[2] Las primeras
universidades que entregaron diplomas fueron las Bimaristan; hospitales médicos universitarios del mundo medieval
islámico, donde se entregaban diplomaturas de medicina a estudiantes de medicina islámica que estaban
cualificados para ejercer como doctores en medicina a partir del siglo IX.
[1]
Inicio del calendario musulmán
[2] Las primeras
universidades que entregaron diplomas fueron las Bimaristan; hospitales médicos universitarios del mundo medieval
islámico, donde se entregaban diplomaturas de medicina a estudiantes de medicina islámica que estaban
cualificados para ejercer como doctores en medicina a partir del siglo IX.
[1] Se aceptan como profetas principalmente
(pero no limitándose) a Adán, Noé,
Abraham, Moisés, Salomón y Jesús.
Además del Corán, los musulmanes se aceptan también como libros sagrados la Torá (el Antiguo Testamento de los cristianos), los Libros de Salomón y los Evangelios
(el Nuevo Testamento).
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