martes, 1 de mayo de 2012

La aparición de los primeros homínidos


LA APARICION DE LOS PRIMEROS HOMINIDOS
La evolución humana (u hominización) explica el proceso de evolución biológica de la especie humana desde sus ancestros hasta el estado actual. El término humano, en el contexto de su evolución, se refiere a los individuos del género Homo. Sin embargo, los estudios de la evolución humana incluyen otros homínidos,[1] Se ha estimado que los seres humanos se separaron de los chimpancés entre 5 y 7 millones de años atrás, a partir de esta separación la línea evolutiva comenzó a ramificarse originando nuevas especies, todas extintas actualmente a excepción de la que originó el Homo Sapiens. Los primeros posibles homínidos bípedos[2], con una antigüedad de 6 ó 7 millones de años Su desaparición se ha atribuido a la crisis climática y que condujo a una desertificación de la sabana con la consiguiente expansión de los ecosistemas abiertos, esteparios. Muy similar a los Homo Erectus, se supone que fueron el primero de nuestros antepasados en abandonar África. El Hombre de Neanderthal surgió y evolucionó en Europa y Oriente Medio hace unos 230.000 años, presentando claras adaptaciones al clima frío de la época (complexión baja y fuerte, nariz ancha). Los fósiles más antiguos de Homo sapiens datan de hace unos 200.000 años, en Etiopía. Hace unos 90.000 años llegó al Próximo Oriente donde se encontró con el Hombre de Neanderthal que huía hacia el sur de la glaciación[3] que se abatía sobre Europa. El Homo sapiens siguió su expansión y hace unos 45.000 llegó a Europa; paralelamente, el Hombre de Neanderthal se fue retirando, empujado por los Homo sapiens, a la periferia de su área desapareció hace unos 28.000 años.
Los parientes vivos más cercanos a nuestra especie son los grandes simios: el gorila, el chimpancé y el orangután
Los primates bípedos, habrían surgido hace unos 6 ó 7 millones de años en África, cuando dicho continente se encontró afectado por una progresiva desecación que redujo las áreas de bosques y selvas, lo que llevo a la aparición primates capaces de caminar fácilmente de modo bípedo y mantenerse erguidos, más aun, en un medio cálido y con fuerte radiación ultravioleta e infrarroja ante lo cual una de las mejores soluciones adaptativas fue la marcha bípeda y la progresiva reducción de la capa pilosa, lo que evita el excesivo recalentamiento del cuerpo.
Las condiciones climáticas y geográficas determinaron la evolución del ser humano, hace 150.000 años el norte de África volvió a sufrir una intensa desertización lo cual significó otra gran presión evolutiva como para que se fijaran los rasgos principales de la especie Homo Sapiens.


Para lograr la postura y marcha erecta han tenido que aparecer importantes modificaciones:
1.    Cráneo. Para permitir la bipedestación, el foramen magnun[1]  se ha desplazado desde la parte posterior del cráneo, casi hacia la base del mismo.
2.    Columna vertebral. En el Homo sapiens y en sus ancestros bípedos ha adquirido curvaturas que permiten soportar mejor el peso de la parte superior del cuerpo, tales curvaturas tienen un efecto "resorte", en la raquis humana el centro de gravedad se ha desplazado, de modo que todo el cuerpo se sitúa encima del soporte que constituyen los pies. La columna vertebral ha podido erguirse casi 90º a la altura de la pelvis, si se compara con un chimpancé se nota que al carecer este primate de la curva lumbar, su cuerpo resulta empujado hacia adelante por el propio peso; también las vertebras humanas son más circulares que las de los simios lo que les permite soportar mejor el peso vertical.
3.    Pelvis. Se ha debido ensanchar, los huesos ilíacos de la región pelviana "giran" hacia el interior de la pelvis, lo que le permite soportar mejor el peso de los órganos al estar en posición erecta, pero implica una disminución importante en la velocidad posible de la carrera por parte de los humanos.
4.    Piernas. los miembros inferiores se han robustecido, el fémur humano se inclina hacia adentro, de modo que le posibilita la marcha sin necesidad de girar casi todo el cuerpo; la articulación de la rodilla se ha vuelto casi omnidireccional[2] el humano a diferencia de sus parientes más próximos no marcha con las rodillas dobladas.
5.    Pies. se han alargado, particularmente en el talón, reduciéndose algo los dedos del pie y dejando de ser oponible el "pulgar" del pie (el dedo mayor), en líneas generales el pie ha perdido casi totalmente la capacidad de aprehensión, por lo que el pie humano ha dejado de estar capacitado para aferrarse (cual si fuera una mano) a las ramas, pasando en cambio a tener una función importante en el soporte de todo el cuerpo. El dedo mayor del pie tiene una función vital para lograr el equilibrio de los homínidos durante la marcha y la postura erecta; en efecto, el pulgar del pie de un chimpancé es transversal, lo que permite al simio aferrarse más fácilmente de las ramas, en cambio el "pulgar" del pie humano, al estar alineado, facilita el equilibrio y el impulso hacia adelante al marchar o correr.
La marcha bípeda pudo ser muy eficaz en estas condiciones ya que:
1.    Permite otear el horizonte por encima de la vegetación herbácea en busca de árboles o depredadores.
2.    Permite transportar cosas (como comida, palos, piedras o crías) con las manos, liberadas de la función locomotora.
3.    Es más lenta que la marcha cuadrúpeda, pero es menos costosa energéticamente, lo que debería ser interesante para recorrer largas distancias en la sabana, o en un hábitat más pobre en recursos que la selva.
4.    Expone menos superficie al sol y permite aprovechar la brisa, lo que ayuda a no recalentar el cuerpo y ahorrar agua, cosa útil en un hábitat con escasez del líquido elemento.
Pasar del cuadrupedismo al bipedismo conllevo un cambio anatómico de las caderas, este cambio suponía un ensanchamiento del canal del parto (aproximadamente de 1 cm) que hacía más fácil el alumbramiento.
Cuando los ancestros del Homo sapiens y otros muchos primates vivían en selvas comiendo frutos, bayas y hojas, abundantes en vitamina C, pudieron perder la capacidad genética, que tiene la mayoría de los animales, de sintetizar en su propio organismo tal vitamina. Tales pérdidas durante la evolución han implicado sutiles pero importantes determinaciones: cuando las selvas originales se redujeron o, por crecimiento demográfico, resultaron superpobladas, los primitivos homínidos (y luego los humanos) se vieron forzados a recorrer importantes distancias, migrar, para obtener nuevas fuentes de nutrientes (por ejemplo de la citada vitamina C).
Todos los cambios reseñados han sucedido en un periodo relativamente breve (medido en millones de años), esto explica la susceptibilidad de nuestra especie a afecciones en la columna vertebral y en la circulación sanguínea y linfática.
La postura bípeda dejó libres los miembros superiores que ya no tienen que cumplir la función de patas (excepto en los niños muy pequeños) ni la de braquiación[1], aun cuando la actual especie humana, de la cintura hacia arriba mantenga una complexión de tipo arborícola.
Esta liberación de los miembros superiores fue en su inicio, una adaptación óptima al bioma de sabana; al marchar bípedamente y con los brazos libres, los ancestros del hombre podían recoger más fácilmente su comida; raíces, frutos, hojas, insectos, huevos, reptiles pequeños, roedores y carroña; en efecto, muchos indicios hacen suponer como probable que nuestros ancestros fueran en gran medida carroñeros y, dentro del carroñeo, practicaran la modalidad llamada cleptoparasitismo[2]. Los miembros superiores, siempre en relación con otras especies, se han acortado, al quedar liberados de funciones locomotoras, se han podido especializar en funciones netamente humanas. El pulgar oponible es una característica heredada de los primates más antiguos, pero si en éstos la función principal ha sido la de aferrarse a las ramas y en segundo lugar aprehender las frutas o insectos que servían de alimento, en la línea evolutiva que desemboca en nuestra especie la movilidad de la mano, y en particular de los dedos de ésta, se ha hecho gradualmente más precisa y delicada lo que ha facilitado la elaboración de artefactos
El humano hereda de los simios, la visión estereoscópica[3] y pancromática[4]; los ojos en la parte delantera de la cabeza posibilitan la visión estereoscópica,  que facilita la mirada a lontananza, el otear horizontes, en este aspecto la visión es bastante más agudo en los humanos que en los otros simios, el Homo sapiens es un ser altamente visual (por ejemplo las comunicaciones mediante la mímica), facilitando asimismo lo imaginario. El Homo sapiens es un animal relativamente poco especializado[5], la ausencia de tales especializaciones anatómicas ha facilitado a los humanos una adaptabilidad inusitada entre las demás especies de vertebrados para adecuarse a muy diversas condiciones ambientales aunque el Homo sapiens es, por su anatomía, un animal muy vulnerable si se encuentra en condiciones naturales.
La debilidad de las mandíbulas humanas las hace casi totalmente inútiles para la defensa a mordiscos ante un predador y, asimismo, son muy deficientes para poder consumir gran parte del alimento en su estado natural, lo que es uno de los muchos déficits corporales que llevan al humano a vivir en una sociedad organizada.
Hablar de la aparición del lenguaje humano, lenguaje simbólico y acústico conlleva cambios morfológicos en la garganta y el paladar. Hace unos 800.000 años, el hombre ya tenía la capacidad, al menos en su aparato fonador, para emitir un lenguaje oral lo suficientemente articulado como para ser considerado simbólico, lo suficientemente eficaz como para transmitir la suficiente información para la confección de toscos artefactos.
La necesidad de comer llevo al hombre primitivo a perseguir a sus presas, ante esta situación los primitivos seres cruzaron desde África, a Asia y desde allí contando que el actual Estrecho de Bering se hallaba completamente congelado cruzaron a América


[1] Desplazamiento de rama en rama con los brazos
[2] Robaban las presas recién cazadas por especies netamente carnívoras; para tal práctica, nuestros ancestros debían haber actuado en bandas, organizadamente.
[3] Tres dimensiones
[4] Capacidad de ver una amplia tonalidad de los colores del espectro visible
[5] las especializaciones suelen ser una óptima adaptación a un determinado entorno pero conllevan el riesgo de la desaparición de la especie especializada y asociada a tal entorno que si éste se modificara.

[1] Orificio occipital por el cual la médula espinal pasa del cráneo a la raquis
[2] Puede moverse en diversas direcciones

[1] Familia de los primates, caracterizada por le bipedismo y un gran desarrollo cerebral, que le permitió desarrollar el habla
[2] Que camina sobre dos patas
[3] Glaciación, término que alude a un periodo geológico caracterizado por el enfriamiento de la Tierra, durante el cual los hielos glaciares cubrieron grandes extensiones de la superficie terrestre, más allá de las regiones alpinas y polares. También se aplica a los procesos y resultados asociados a la actividad glaciar.

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